El triunfo no esconde, sin embargo, los muchos problemas de Francia. Deschamps ha introducido gente nueva como Pogba, Varane o Sakho, pero aún no sabe cómo hacer que sus mejores jugadores rindan como en sus clubes. Y así llega a Brasil. Una incógnita para todo el mundo., quSigue sin dar con la tecla Francia, que cambia técnicos, estilos y jugadores pero no encuentra la forma de ser tan competitiva como antaño. El último giro de la federación fue prescindir de Laurent Blanc por un excompañero suyo en la selección, Didier Deschamps. El fiasco en la Eurocopa de 2012 provocó el traspaso de poderes en el banquillo galo. No basta con llegar a cuartos de los grandes campeonatos. Francia aspira a más.
Con esa idea se presentó el nuevo proyecto de Deschamps. Se trataba de un técnico con un largo currículo en Europa. Ya sabía lo que era llegar a la final de la Champions con un club relativamente modesto como el Mónaco y había conseguido llevar a la Juventus de nuevo a la Serie A, tras su descenso administrativo. Por si fuera poco, ya a había tocado el cielo con los dedos al hacer campeón de Francia al Marsella.
Nadie dudaba de su trayectoria y las cosas comenzaron bien. El empate ante España en el Calderón en el último minuto dejó el camino franco para liderar su grupo en la fase de clasificación mundialista y así asegurarse el billete por delante incluso de los campeones del mundo. Les bastaba con empatar frente a La Roja en París para depender de sí mismos.
Sin embargo, aquel gol de Pedro en Saint-Denis torció el rumbo de los franceses. La segunda plaza les condenaba a la respeca, en la que se las vieron con Ucrania. Había dudas en torno al equipo, con un Benzema que protagonizó una larga racha sin marcar, y varios de sus teóricas estrellas lejos de su mejor nivel.
El susto. Aún así, nada hacía pensar que costaría tanto lograr el billete a Brasil. En Kiev, en el encuentro de ida, los ucranianos sorprendieron a una débil Francia, en la que destacó por sus dudas atrás el central Koscielny. En la vuelta, sin embargo, con la magia de un país unido por un mismo objetivo, la remontada fue posible gracias a Benzema y Sakho.
